Con el permiso del modelo y la intención de compararlo con el anterior carboncillo, os muestro este retrato realizado con la misma técnica pero hace bastantes años, lo cual demuestra que la falta de práctica perjudica enormemente a la calidad del trabajo.
Es el único retrato terminado que tengo y aunque me apasiona dibujar rostros humanos, encuentro una gran complejidad a la hora de captar, más que el parecido en la fisionomía, el espíritu interior del modelo. Creo que será cuestión de practicar. Pues estoy en ello...
Gracias a los que me dedicáis un poquito de vuestro escaso tiempo.
antonia:
ResponderEliminarNo estoy tan seguro de que la imagen más antigua sea mejor. Puedo, en cambio, aseverar que es una imagen clásica, de estudio.
La que hiciste para tu hijo es un diseño más evolucionado, allí estás mostrando tu propio estilo.
Además, solo por comparar con absoluta justicia, ¿cuánto tiempo te llevó dibujar cada uno de ellos?
Recuerdo haber visto imágenes de los grandes maestros (Picasso, o Van Gogh, por caso), que pintaron cuadros muy clásicos en sus inicios y luego desarrollaron sus propios estilos, inigualables.
Si hoy te dedicases de vuelta a esos cuadros de antes, los pintarían muy, pero muy difrentes: tu estética debe haber cambiado. Y eso es bueno.
Te animo a que prosigas: toma unos lápices pasteles y prueba hacer un cuadro de los anteriores (pero uno que te haya satisfecho), hállale variantes. Tú también sabes muy bien que los artistas efectúan variaciones de sus obras.
Y después, cuenta el resultado.
Te envío un abrazo, desde mi alma de pintor nonato.
Gracias Arturo, atenderé tus consejos. Es verdad que muchos pintores comienzan reproduciendo obras clásicas, y con el tiempo cada cual desarrolla su propio estilo, es igual que con la escritura, cada uno tiene su letra. Volver a pintar un cuadro antiguo no es algo que me llame la atención: lo pasado, pasado. Pero si es verdad que no lo pintaría de la misma manera. Algo habré aprendido...¡Digo yo!
EliminarPues recibe un afectuoso saludo.
No cabe duda de que es un retrato magnífico. En él has captado ese interior, esa psicología del retratado que es la que habla del retratado, más allá de ese mero parecido físico en el que tanto ahínco hace el espectador profano. Y estoy segura de que las personas de tu círculo que lo vieron en su momento, no han dejado de alabarlo, más que merecidamente, desde entonces. Es lógico, ante un trabajo como éste, que los demás quieran más de lo mismo. Lo malo es que a veces, una acabe deseando eso que tando desean los demás. Entonces amiga mía, hay que pararse, y buscar muy adentro, y preguntarse. Pero Antonia, ¿Pero y tú? ¿Qué deseas tú?...
ResponderEliminarCreo que Arturo lo ha expresado muy bien. No puedo estar más de acuerdo con lo que refiere respecto a ambos dibujos. Así que me sumo a su opinión, a su propuesta, a sus recomendaciones y te animo a seguir, a no dejar de buscar. A intentar hacerlo lo mejor posible, pero sin flagelarse, sin comparaciones imposibles entre momentos vitales diferentes que generan obras diferentes pero igualmente valiosas. A ser tu misma. A disfrutar de ese placer, independientemente de lo que salga, que supone el poder estar haciendo.
Un fuerte y cálido abrazo. Por cierto, la síntesis sigue sin ser lo mío...jee
Es cierto que la mayoría de las personas piden un retrato que se parezca fisicamente, pero para eso ya está la fotografía. Creo que un buen artista debe captar lo que hay detrás del rostro, no los músculos..., sino el alma. Este es mi reto y estoy en ello.
ResponderEliminarAnte la pregunta tan difícil...¿Qué deseas tú? Sería un debate filosófico porque estamos contaminados con nuestras vivencias y aprendizajes, por tanto nada de lo que desees es producto exclusivo de tu mente. Bueno...bueno...
Un besazo Margarita.
Un retrato muy bueno Antonia, muy conseguida la expresion, te felicito! feliz finde!!
ResponderEliminarGracias Mari Jose, te contesto un poco tarde pero el filtro del hotmail no ha permitido que te vea antes. Conozco muy bien al modelo y te aseguro que en su expresión está lo mejor de él. Todavía no sé cómo lo he conseguido.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.