La técnica se mezcla con la espiritualidad del Cristo y de la figura de abajo, que representa a Gala orando.
Su elaboración me resultó bastante difícil, sobre todo a la hora de encuadrar el dibujo. Las tonalidades, los juegos de sombra y luz recuerdan a las figuras del barroco, aunque en este caso la composición corresponde a la imaginación de Dalí en su surrealismo.
Si observamos otras obras de Dalí nos podemos dar cuenta de su genialidad. En esta dirección hay algo sobre su vida y obra:
Dalí junto con Monet son mis debilidades. Esta obra en particular tiene una perspectiva imposible. Es un genio que podía permitirse luego hacer cualquier garabato. Monet pinta la luz y eso me parece mágico.
ResponderEliminarbesín
Menudo acto de valentía el tuyo, a mí lo único que se me ocurrió con un Cristo de Dalí fue ponerle música.
ResponderEliminarTe salió fantástica.
Gracias a los dos, a Pulga un poco tarde, a tí Sergio por indagar por el blog. Ya he escuchado esa fantástica canción de Prince que acompaña al Cristo de tu blog. Tratándose de Dalí, todo lo que intente asemejarse a su obra es difícil, cuando no imposible, pero ese es el reto.
ResponderEliminarRecibe un cariñoso saludo.