Comenzar un cuadro es emocionante: tienes en la cabeza lo que quieres hacer, los colores que vas a aplicar al lienzo, la idea final de cómo quedará dicho cuadro. Pero ocurre que las cosas no pasan tal y cómo las planeamos y demasiadas veces el resultado no es el que habíamos previsto. Esto es lo que pasó con "Despedida del mar". Tenía un enorme interés en que quedara perfecto, pero la perfección no existe. Únicamente podemos perseverar una y otra vez en la elaboración de la obra y a veces hay que contemplarla detenidamente durante varios días e incluso semanas para saber qué es lo que falla. Para saber por qué no la consideramos terminada. De aquí se deduce la dificultad que tengo para concluir un cuadro.
En este caso he decidido suavizar los pliegues de la tela de la blusa, creo que queda mejor así. De cualquier forma he dejado la imagen anterior para poder comprobar la diferencia entre los dos.
Os doy las gracias por dedicar parte de vuestro tiempo a leer y ver mis pinturas.