7 de junio de 2012

Paseo por la orilla del mar (terminado)

Este es el resultado de la reproducción del cuadro de Sorolla "Paseo por la orilla del mar". 
Durante su elaboración he descubierto algunas cosas interesantes en cuanto a la interpretación de las figuras de dicho cuadro. Mi duda era por qué la mujer de atrás llevaba el paraguas hacia abajo sin motivo aparente. Pues bien, se me ocurre plantear la pregunta en Facebook y ante mi sorpresa no coincide ni una sola respuesta. Estas son algunas de ellas:
-Porque está comprobando si llueve o no llueve y ya que tiene la pamela para el sol pasa del paraguas, que no puede cerrar porque es muy antiguo y no existían mecanismos. A.C.
-Porque va a pasar Baltasar en la cabalgata que es el que más caramelos tira o porque se está rascando el tobillo. J.C.
-Porque se quiere poner morena. D.G.
-Por culpa del aire se le cae la pamela y baja el paraguas para ponerse la pamela con más precisión. A.S.
-Tiene un agujero en la falda y si no lo tapa con el paraguas estropea la foto, además pasaba de estar dos horas con el brazo levantado y cargando en el otro con la chaqueta. A.G.
-Porque así queda monísima para pintarla. L.H.
-Porque la sombra que proyecta sobre el vestido, hace destacar más el blanco. P.G.
-Porque el paraguas cumple su misión de parar el agua del mar...C.F.
Además de divertido me parece ingenioso y un ejercicio creativo a la hora de mirar un cuadro.
Mi interpretación es que usa el paraguas para sujetarse las faldas que con el viento se volaban. Clotilde la mujer del pintor coquetea con él y lo mira insinuante tras el velo. 
Si tenéis otras interpretaciones no dudéis en dejarlas escritas en el blog. Las espero.

13 comentarios:

  1. Creo que es un acto de coquetería. Seguro que vió algún morenazo, y eso que hacemos las mujeres, atusamos el pelo, colocamos el sombrero y bajamos el paraguas para tener mejor prespectiva... je al menos yo lo hago.
    besín

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  2. Todas sabemos cómo funcionan los mecanismos de la seducción y cada una utiliza su propio método. A principios de siglo creo que funcionaba muy bien no dejarse ver ni el tobillo, aunque fuese su propio marido. Creo que esto es lo que hace Clotilde y va dirigido al morenazo de su marido que estaba loquito por ella. Fue una historia de amor hasta el final, según la correspondencia entre ambos.
    Mil gracias por participar, siempre me anima verte. Un beso.

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  3. miangelquerido.blogpostsábado, 09 junio, 2012

    EL AMOR NACIÓ EN ILLA A LOUXO.
    I
    Paseaban ambas amigas por la atlántica playa de A LOUXO ante la secular brisa del Norte. El vaivén de las olas chisporroteaba en sus recién estrenados blancos vestidos confeccionados del más puro lino que se pudiera adquirir en su villa de origen y sus zapatos de puntitas se hundían ligeramente en la áurea arena finísima, resultado de rocas erosionadas en tan largo y ancestral tiempo. Sus tules azules-violáceos bailaban en torno a sus cuerpos, como si de un vals de Strauss se tratara, saltando y regocijándose por las orillas de la mar. El azul del cielo y el azul de las aguas se confundían y mezclaban en lontananza, permitiendo que la sabrosa espuma blanca, ¡blanca y salada espuma de la mar! besara lo dorados granitos arenosos hasta inundar de olor salino la bella playa de la isla en su infinita riqueza de sol y color.
    La coquetería rezumaba jugos de aromas rosas por los lugares transitados de las muchachas en estos sus años juveniles, siendo admiradas y también cortejadas por todos los apuestos caballeros y jovencitos que frecuentaban el balneario enclavado en la más bella y virgen isla atlanteña a poniente de la ensenada donde pescadores y marisqueiras faenaban duramente desde las primeras horas matutinas para después poder ofrecer a los huéspedes del hotel los más frescos y apeticibles manjares de la antaño Mar Oceana.
    Por supuesto que los que más les llamaban la atención a las dos pizpiretas damiselas eran aquellos dos jóvenes de cabellos embuclados, recién llegados del ¿Levante español?... Mas ¿Cómo dirigirse a ellos, si no está permitido a los femeninos talles preguntar a los varones? Está denegada toda primera palabra, todo primer paso?... Es momento de esperar alguna insinuación, algún gesto oportuno, alguna tosecilla, palabra, movimiento, para recabar la mirada de los dos recién aparecidos caballeros, elegantes y refinadamente bellos.

    Continuará...

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    1. ¡Qué relato tan bonito! Querida prima nunca dejas de sorprenderme. Este cuadro sería una buena ilustración para ese cuento que continuarás...
      ¡Precioso!¡Me he quedado sin palabras! ¡Me encanta! Gracias por interpretar el cuadro de esta manera. Un besazo.

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    2. miangelquerido.blogspotlunes, 11 junio, 2012

      Continúo para mañana.

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    3. mi angel querido.blogspotmartes, 12 junio, 2012

      Continúa en este capítulo.

      II
      Los dos apuestos jóvenes vestían impecables trajes de lino en ligera gama marfil, camisas de hilo blanco, y anudados a sus cuellos pañuelos de seda de tonalidad beige. Sobre sus cabezas lucían sendos canotiérs adornados uno con cinta verde el otro azul, adquiridos en su último viaje a París, la ciudad que años más tarde les brindaría los más merecidos reconocimientos artísticos. Bajo sus esmerados zapatos blancos, se desperezaba la tupida hierba que conectaba el sendero del balneario con el mirador de O Bello, dejándose impresionar por las tonalidades turquesas de las aguas que a esa hora del día recogían del translúcido cielo.
      Los chicos llegaron al Balneario de A Louxo en la mañana del viernes 4 de junio, circunstancia que ya era bastante comentada por los salones y terrazas del más glamoroso edificio de aguas termales y que pudiera darse en la Península. En 1904 habían patentado en sus dependencias un jabón rico en sales minerales de fragancias frescas que inundaban todos los parajes de la verde isla, de las salas abiertas al lugar y en las ropas de sus huéspedes se reflejaban el relax de los límpidos baños espumosos que por entonces se estaban poniendo de moda.

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    4. miangelquerido.blogspotmartes, 12 junio, 2012

      ... continúa aquí

      -¿Habéis observado cuán distinguidos han aparecido los hijos del Señorío de Solano? Derrochan magia y finura por donde van -Comentaba la duquesa de Galveiros, adornada con su viejo moño victoriano.
      -Pues a mí me comentó Monsieur Pétrier que al mayor de los hermanos le felicitó personalmente el señor Matisse en la Exposición del Salón de Otoño de París del pasado año, aduciéndole que tendría todo su apoyo. “¡Joven, sus pinceles cambiarán el concepto de la pintura. Continúe así, garçon, continúe, la révolution des arts s'approche-!” -inquiría con su aguda voz la baronesa Kichnert. –No, si no hay más que verle, erguido, señorial y apuesto. Es el vivo retrato del abuelo de Solano…-
      -El menor está haciendo sus pinitos en el arte de la Declamación y el Ensayo. Le han concedido una beca en la Sorbonne para continuar sus estudios de Literatura y de Historia. Ya el Levante español se le quedaba pequeño para su gran imaginación y gracia. -Acariciándose sus erizados bigotes de profusas cerdas, comentaba don Carlos del Berro, el impulsor accionista de la línea de ferrocarril Madrid-Barcelona, cuya gran fortuna amasó en la Isla de Cuba.
      Se comentaba por palacios y villas, salones y casinos, que los ancestros de don Carlos del Berro Trillet de las Infantas, eran criollos desde cuatro generaciones atrás y poseedores de dos de los mayores ingenios de la caña de azúcar existentes en Gran Antilla del Caribe, el de Santa Cruz de Iguana y el de Santa Mónica de Luciela, enclavados en la provincia de Puerto Príncipe, al oriente de la isla, y que rivalizaban en producción con los de la Villa de la Santísima Trinidad de la isla. La zafra que producían los dos ingenios a mediados del siglo XIX comportaba una cuarta parte de la obtención azucarera de la próspera colonia española.
      -Bueno, Bueno, no será para tanto- Respondió la viuda de Montealtieri- doña Antonella, cómodamente repantinflada en el mullido sillón victoriano del cual se sentía la dueña, -No hay nada como el Bell Canto… ¡AAAAAAAHHH…!- entonó con bastante precisión.
      Todos los que se hallaban en esos momentos en la tertulia, sabían que Madonna Antonella una majestuosa soprano, que desde Milán hasta París había paseado su excelente voz. Mas en estos últimos años habían mermado mucho sus facultades debido a la gran ingesta de alimentos que se procuraba. Lo más que ella deseaba era promocionar las habilidades de su exuberante hija, la Signorina Sophia Montealtieri, pero su voz llegaba a mezzo soprano, y aunque era una real hembra, le perdían sus excesos egocéntricos y caprichosos.
      A pequeños sorbos los contertulios degustaban el vermouth como aperitivo de media mañana, antes del almuerzo que especialmente era elaborador diariamente para ellos.
      Solían pasear entre los bellos jardines del balneario ornamentado de las más aromáticas rosas, dondiegos de día y hortensias azules y rosáceas combinadas con las hortensias de hojas de roble, campánulas bell flower y prímulas de variadas tonalidades,… cuidadas por los tres jardineros que tenía el hotel-balneario. Todo ello bajo inmensos pinos, centenarios y bravos pinos, que proyectaban su sombra a los senderos, atajos y cenadores en derredor del centro termal.

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  4. En mi opinión se trata de un asunto de composición: marcar la composición diagonal que cruza el cuadro para facilitar su lectura, de abajo arriba y a a la vez de izquierda a derecha, que es como leemos un cuadro los europeos, y para hacernos pasear por él, ya que el paraguas es el vértice lumínico de la composición en triángulos que forman las mujeres. Creo que es meramente un tema de belleza y perfección compositiva, cosa que preocupaba mucho a Sorolla. Si leéis el libro "Cartas de Sorolla" podéis ahondar en este tema y enteraros de sus preocupaciones, modificaciones y preguntas a su amigo con quien compartió beca en Italia- amistad que mantuvo toda su vida- cuya opinión tenía muy en cuenta sobre la composcición. Aparte de este interesante tema que has abierto, el cuadro está muy hermoso, Antonia.

    Abrazotes desde este momento cibernético y furtivo egabrense...

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  5. Gracias Margarita por aportar tu opinión. Estoy de acuerdo contigo en que la técnica de Sorolla es indiscutible y la tiene muy en cuenta en la composición de su obra, pero sin pasión el arte se queda en nada. Yo he contemplado este aspecto por ser mucho más asequible a la mayoría de las personas que nos emocionamos cuando contemplamos un cuadro y no sabemos por qué, sin duda ahí interviene la técnica pictórica y compositiva del artista pero cuando su alma queda atrapada en el lienzo es cuando nos conmueve y nos lleva a interpretarlo. ¡Claro! Que para saber exponer hay que conocer la técnica, que sería como el abecedario, sin él no podemos expresarnos. En “La sintaxis de la imagen” Dondis, su autor, compara la técnica compositiva pictórica con las reglas sintácticas del lenguaje como base para la expresión. Está muy interesante.
    ¡Ah! Leeré el libro que me recomiendas, me interesa todo lo referente a Joaquín Sorolla. Otra vez gracias y un beso muy fuerte.

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    1. Querida amiga:
      En mi opinión y salvando cuestiones técnicas en las que no entro por desconocimiento, cuando miro el cuadro me inspira la fuerza de la naturaleza, la belleza, el amor, la sensualidad y un saber estar reflejado en las dos figuras femeninas que con gran acierto el maestro Sorolla y tú, habéis sabido transmitir.
      Al contemplar esta pintura mis sentidos se avivan tanto como; los colores, la luz y el brillo que tan acertadamente has sabido plasmar en la obra.
      Para mí las dos mujeres tienen un porte singular y la que sostiene el paraguas aun más, pues ha sabido utilizar un objeto contra un elemento natural con mucha sensualidad, sin que para ello haya perdido la belleza y elegancia del resto de su figura, realzada a su vez, por el vaporoso atuendo.
      Para mí, que en el cuadro se establece un bello diálogo entre el pintor y ambos personajes, similar creo yo, al lenguaje de los abanicos. Solo que en este caso el útil es el paraguas.
      Las sencillas y elegantes insinuaciones que se aprecian en la mujer que sujeta el sombrero para que no vuele de su cabeza y su sugerente mirada a través del velo, hace de esta pintura que sea distinguida y muy sensual.
      ¡Enhorabuena! por los trabajos realizados. Sigue poniendo tu esencia en todas tus obras y compartiendo con todos los que te queremos y admiramos. Siento no poder entrar en el blog toda las veces que me gustaría, pero ya sabes que mi tiempo ahora es escaso para estos menesteres. Un abrazo.

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  6. Bueno continúo el relato en mi blog llamado mipadreangel.blospot.com

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  7. Querida Loly, dado el problema que tienes con el tiempo me alegra doblemente verte por aquí. Saber que te gusta lo que hago es un aliciente más, sobre todo por lo exigente que eres, pero bueno, también por el cariño que me tienes y eso se nota. Desde luego has visto lo que quiere expresar esta pintura: un juego de miradas y de complicidad entre la mujer del paraguas y el pintor. Es verdad que con el paraguas le está diciendo algo...lo está seduciendo, como bien dices, igual que con un abanico.
    Un abrazo amigo.

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  8. Muy logrado, me apasiona Sorolla y adoro el mar... qué te voy a decir.

    (http://superehore.blogspot.com.es/2011/02/esto-es-el-mar.html)

    Saludos marinos.

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