18 de enero de 2011

Córdoba

Por fin en la primavera de 1999 me atreví a emborronar el primer lienzo. Las primeras lecciones me las proporcionó mi padre, Manuel Gómez Huertas que ya tenía experiencia como pintor y a cualquier duda que surgiera ahí estaba él.
Como es lógico la primera inspiración se situaba en Córdoba, mi ciudad natal, fuente de nostalgias evocadoras. Ahí estaba yo frente al lienzo y una lámina titulada "La calle Feria" de Ángel Avilés Merino (1842-1924). El atrevimiento fué estampar mi firma en el óleo, pero considero que este no tiene nada que ver con el auténtico y pasa a ser producción propia.
Es una pintura en cierta forma esquemática, con detalles apenas sugeridos, pero en la que se aprecia las formas mediante el uso de sombras y luz en tonos monocromáticos.

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